La autoconvocatoria masiva de ronderos de Macusani, provincia de Carabaya, para protestar por la renuncia de Dina Boluarte, terminó con la muerte de una persona de sexo femenino y un herido grave tras enfrentamientos con la Policía Nacional.
Iván Fernández Mamani, director de la Red de Salud de Carabaya, informó que la primera víctima ingresó sin vida al promediar 6.00 p. m. con impacto de bala en la cabeza con orificio de entrada y salida. Quienes la internaron la identificaron con Sonia Aguilar. Sería natural del distrito de Ayapata.
En tanto, el herido fue identificado como Salomón Valenzuela Chua (60), por impacto de bala en el tórax. Es miembro de las rondas campesinas de carabaya.
En tanto, los efectivos policiales se atrincheraron para repeler el ataque que recibían desde el exterior con piedras. Según ronderos, fueron provocados por los miembros del orden y la situación se salió del control.
Tras confirmarse el primer fallecido por arma de fuego, el local del Poder Judicial fue incendiado y varios expedientes fueron lanzados a la vía pública. Además, un depósito de cerveza saqueado.
En horas de la noche, los efectivos policiales abandonaron la comisaría y, ante la ausencia de resguardo, fue incendiada por cientos de personas como una afrenta ante la víctima y el herido registrados. Los efectivos policiales escaparon hacia un descampado haciendo disparos al aire, durante casi una hora.
Un helicóptero partió del aeropuerto de Juliaca, aterrizó en Macusani y después volvió a despegar.
El enfrentamiento tuvo lugar cuando los ronderos estaban a punto de regresar a sus pueblos al promediar las 4.30 p. m., después de haber participado de un mitin en la Plaza de Armas de Macusani, por la renuncia de Dina Boluarte y en solidaridad con las poblaciones quechuas y aimaras que partieron a la capital.
“Todo estaba bien. Los policías comenzaron a apuntarnos y amenazarnos con insultos racistas y ahí se descontroló todo. Ellos disparaban armas y nosotros nos hemos defendido con hondas. Cuando nuestra hermana cayó muerta, todos se enfurecieron porque no era posible que nos maten”, dijo un rondero al diario La República. Pidió que se reserve su nombre para evitar represalias.